Leyenda de Caá Yarí
La leyenda de la Yerba Mate pertenece a la cultura guaraní y ha pasado de generación en generación. Hace referencia al origen divino de la ilex paraguariensis y su significado sagrado.
Según la leyenda, hace mucho tiempo, en la espesura de los bosques vírgenes de las regiones que hoy conocemos como Argentina y Paraguay, reinaba la diosa Caá Yarí (hija de la yerba, en guaraní); quien era guardiana de la flora y fauna de la selva y a quien se le atribuía el poder de la fertilidad y la abundancia.
Un día, mientras caminaba por los densos bosques, Caá Yarí se encontró con un anciano sabio que había caído enfermo. Compasivamente, la diosa decidió ayudarlo y, con un gesto de su mano y como por arte de magia, creó una planta de hojas brillantes y aromática que prometía curar todas sus dolencias: la yerba mate.
El anciano, agradecido por tan milagroso obsequio, aprendió a cultivar la yerba mate y a prepararla en una calabaza hueca, con una bombilla de caña de bambú (tacuapí o tacuara).
Descubrió que, al beber la infusión que resultaba de colocar agua a cierta temperatura sobre las hojas de yerba mate secas, su salud mejoraba, su mente se aclaraba y su espíritu se elevaba.
Con el tiempo, la noticia de los poderes curativos de la yerba mate se extendió por la región, y la planta se convirtió en un tesoro venerado por los pueblos indígenas. Se creía que la bebida no sólo fortalecía el cuerpo, sino que conectaba a las personas con la naturaleza y los dioses.
Así, esta leyenda es un símbolo de gratitud hacia la Tierra y sus ofrendas, una celebración de la sabiduría ancestral y una expresión de la tan profunda complexión del ser humano dada por su entorno.
Descubre a qué sabe el mate